Había una vez un hombre que tenía súper poderes: telequinesis, telepatía, fuerza sobre humana, capacidad para volar, invulnerabilidad física..., pero solo los utilizaba para coger el mando a distancia de la televisión cuando no alcanzaba, saber si su mujer lo engañaba, abrir botes de mayonesa, ahorrarse los atascos a la hora de ir al trabajo y reírse de los mosquitos cuando iban a picarle. Todo un superhéroe.
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