viernes, 18 de abril de 2014

Asco de vida

Una anciana de cabellos blancos salió de casa un viernes santo por la mañana, al cerrar la puerta de su apartamento olió un nauseabundo hedor proveniente del apartamento enfrentado al suyo. Llamó a la policía temiendo lo peor: que algo le hubiera pasado al joven Lucas, ya que no contestaba ni al timbre ni a los golpes en la puerta. Cuando entró la agente Pérez, encontró el cuerpo sin vida de Lucas sentado frente a su ordenador, con la mano encima del ratón y la página 3898 de Adv abierta.

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