viernes, 6 de junio de 2014

Astronauta

A Ramón siempre le había gustado el espacio. De pequeño miraba por la ventana las estrellas y soñaba con alcanzarlas algún día con su nave espacial. En verano de 1969 escuchó los vítores de toda su familia desde la taza del váter, el ser humano había pisado por primera vez la luna justo en el mismo instante que el mojón de Ramón tocaba el agua. Dos lágrimas de felicidad recorrieron contentas el rostro de Ramón.

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