miércoles, 24 de abril de 2013

Paciencia

Lo miraba a la cara mientras las gotas de saliva saltaban de su boca y sus ojos saltones se clavaban en los míos, como un prominente láser carnoso. No sentía rabia, era más bien una cálida y serena sensación homicida que prendía desde mi pecho y se extendía hasta las yemas de mis dedos, que se pegaron a la palma de mi mano, transformándola en un puño que alcé en lo alto y lo hice descender hasta su cara mientras el cerdo obeso de mi jefe seguía escupiendo sus pretenciosas palabras.

martes, 23 de abril de 2013

Llegarás tarde

Una gota de sudor me caía por el cuello, se había formado en la sien y desde hace 3 minutos había recorrido mi preocupado semblante dejando un rastro que se hacía frío al contacto con el aire. Miraba el reloj como quien mira a un verdugo, deseando que se detenga durante un segundo, solo un segundo, el tiempo suficiente para llegar a tiempo. Las manecillas avanzaban lentamente al compás de las gotas de sudor que empapaban mi rostro y que tenía que enjugar cada poco. Lo último que hice fue saltarme un semáforo, morir al instante y llegar tarde al nacimiento de mi primera hija.

jueves, 11 de abril de 2013

Parque

Adelante. Atrás. Adelante. Atrás. Adelante. Atrás. Adelante. Atrás.
 -Papi, quiero bajar del columpio. 

lunes, 8 de abril de 2013

1 segundo

Tras una larga calada al cigarrillo bebió otro corto sorbo de café antes de mirar por la ventana para ver como se formaba un pequeño agujero en el cristal en el mismo instante en el que una bala se alojaba en su cerebro.

domingo, 7 de abril de 2013

Convivencia.

Había pasado ya un año desde que se fueron a vivir juntos, o tal vez sólo un par de meses. El tiempo es relativo, especialmente cuando convives con alguien al que odias. Todo se hace eterno, y los días bien pueden ser meses. Hacía tiempo que ella ya no aguantaba su forma de poner la mesa, su forma de lavarse los dientes, hasta el modo en que ataba la basura la sacaba de quicio. Cuando se iban a la cama y él se dormía, ella le observaba respirar, pensando en cómo sería si él ya no respirara nunca más, fantaseando con la idea de acabar con la terrible vida de aquel absurdo ser que dormía a su lado. Un día, ella cogió un cuchillo de la cocina, hizo café y se sentó a esperar. En un par de horas él llegaría del trabajo, abriría la puerta y fin. Sólo tenía que aguantar un par de horas más. Cuando él llegó ella estaba tirada en el suelo de la cocina, la sangre había hecho un círculo alrededor de su pequeño cuerpo.

sábado, 6 de abril de 2013

Homenaje

James abrió la caja y miró dentro. Un líquido negro y espeso la llenaba en casi toda su totalidad; un cartel hizo su aparición con un "blup" preguntándole al hombre si metería la mano. James dudó por un momento mirando fijamente la negra brea, al final, se remangó la chaqueta y metió la mano hasta el fondo dónde notó un objeto, lo asió con fuerza y lo sacó de la caja. Resultó ser un tapón de corcho ennegrecido que mantenía inmóvil el líquido que ahora manchaba los zapatos de James.

viernes, 5 de abril de 2013

La boda del año.

El periódico de hoy hablaba de ello en la sección de sociedad:
“Un conocido modelo de manos contraerá matrimonio con una vaca. El enlace tendrá lugar la semana próxima en la Catedral de San Salvador en Oviedo. Se esperan más de 300 asistentes, entre ellos, personalidades del mundo del arte y de la política. El vestido de ”novia” lo ha diseñado un renombrado modisto con la ayuda de un veterinario local. Durante los próximos días iremos adelantando otros detalles del esperado enlace.” Ciertamente, el novio es un hombre muy afortunado.

Dieta de uñas

Allí estaba, sentado en una silla, mientras se mordía las uñas. Nunca había imaginado que podría odiar a alguien de esa manera. Un ser tan repugnante y tan lleno de maldad. Tan cerca del sol y sin quemarse. Lo miraba con desprecio mientras me devolvía una mirada de parsimonia. Me daban ganas de arrancarle la garganta con los dientes y estrujarle el corazón con mis propias manos; observarlo mientras se desangra y reír mientras la vida lo abandonaba. No podía soportarlo más, no era capaz de seguir mirándolo; me levanté de la silla y rompí el espejo de una maldita vez.

"A los niños hay que protegerlos"

“A los niños hay que protegerlos” dijeron en las noticias de la noche. 
“No le estoy haciendo daño a nadie" pensó mientras limpiaba el semen del escritorio y cerraba una carpeta en su ordenador llena de pornografía infantil. Mientras su mujer dormía plácidamente en la habitación contigua.

Despertar un día

Richard se despertó por la mañana y la guerra había comenzado, solo contaba 18 años. No sabía como sentirse, pero sí sabía como iba a despertarse al día siguiente: mojado y lleno de barro mientras se desperezaba al lado de sus compañeros de trinchera.